Derecho del Ciudadano

Por: María del socorro Castañeda Díaz

Este martes 26 se cumplieron ya siete días de actividades de Festiva Toluca de San José 2019, el festival con el que el Ayuntamiento de la capital mexiquense conmemora los 497 años de fundación de la ciudad que es la tercera más antigua de México, dicho sea de paso y gracias a que el alcalde Juan Rodolfo Sánchez Gómez lo repite a la menor provocación.
La celebración hasta ahora ha sido lo suficientemente vistosa como para llamar la atención de la comunidad toluqueña, sobre todo porque los espectáculos que se han presentado en la Plaza de los Mártires han convocado a miles de personas que se han reunido para cantar y bailar al ritmo de la música de intérpretes de los más diversos géneros. Y todo, también siempre según el edil, que lo dice como para que nos lo aprendamos de memoria, sin desembolsar un solo peso.
Como sea, y sin que esto signifique una aprobación total a la nueva gestión municipal, Festiva 2019 en cierta manera está siendo fiel al eslogan con que se ha promocionado: “Toluca revive”. Y ahí sí, con todo respeto para sus predecesores, hay que decir que era realmente nada lo que quedaba de la capital mexiquense como un lugar donde fuera posible encontrar divertimento.
Lo más que viene a la mente haciendo memoria es un Festival de Poesía que como idea no era mala, pero que al parecer ni a los mismísimos intelectuales toluqueños terminó de cuadrarles, sobre todo porque aunque en su oportunidad la administración municipal encabezada por cierto edil de infausta memoria, cuyo nombre no pienso repetir, hizo de todo porque Toluca fuera la “capital mundial de la poesía”, el esfuerzo no fue valorado por la comunidad.
Claro, se habla de poesía y ahí sí hay que reconocer que cuando se intenta involucrar a muchas personas en un ejercicio de apreciación artística semejante, es poco probable lograr la aprobación masiva. Pero más allá de ese intento por difundir el arte y la cultura, no se tiene memoria en los tres años recientes de algún intento por reunir a los habitantes del municipio en alguna actividad artística masiva, ni siquiera la emblemática Feria del Alfeñique trajo mucho de memorable. Y qué lástima, porque además de dejarnos la ciudad llena de baches y en una penosa situación de inseguridad, los ex ediles no hicieron mucho por darnos un espacio importante de esparcimiento, como si los habitantes de la ciudad no lo necesitáramos.
Y antes de que los detractores empiecen a encontrar el prietito en el arroz, me permito también mencionarlo, para que no quede duda de que no considero ni remotamente que esta administración municipal sea perfecta y para que se sepa que, como muchos otros habitantes de la capital mexiquense, los voy a tener en la mira.
De entrada, me parece que no es sano mantener la idea de que a los toluqueños no nos cuesta ni un peso la realización de las 250 actividades del festival. Ni modo que de una chistera el alcalde saque lo que se paga sobre todo a los intérpretes que se presentan en la Plaza de los Mártires o el dinero para alquilar los juegos mecánicos, que debo decir desde abajo se ven muy bonitos. Queda claro que ese dinero sale de los impuestos de todos, y no es una vergüenza que el alcalde lo diga, porque no somos menores de edad como para no entender que aunque en el momento no pagamos, de todas maneras nos cuesta. Muy al contrario, sería más inteligente que nos explicara de dónde salen los recursos porque, dado el éxito de las actividades, nadie (o casi) le va a reprochar el gasto.


En lo que se refiere a la muy criticada cartelera de la Plaza de los Mártires que incluye a Flans, Mijares, Los Ángeles Azules, La Adictiva y demás cantantes populares, y que los intelectuales han echado en cara al edil por la tan comercial selección, pues lo que se ve no se juzga. La sede a reventar indica que la elección de los intérpretes no estuvo tan mal, o al menos que a las personas les gusta y algo encuentran en ir a cantar y bailar un rato, porque como bien lo dijo el mismo alcalde “toda comunidad humana tiene también necesidades del espíritu, inmateriales, que pueden colmarse a través de la cultura, el arte y el deporte” .
Por eso es que resulta inútil criticar despiadadamente, diciendo que sólo con lo que le pagan a Lucero se organizaría una semana entera de jazz. Pues a muchos no nos gusta Lucero, pero tampoco nos volvemos locos por el jazz y francamente, hay que respetar el gusto de las masas que tienen derecho a divertirse con lo que mejor les parezca.
Pero sobre todo, también es ocioso sacar el trillado argumento de que “al pueblo pan y circo”, porque con todo respeto, además de que no da la impresión de desear que los toluqueños olvidemos las carencias que hay en la ciudad, lo que menos se ha hecho en Festiva es tocar el tema político. Y ese es un gran mérito. No he visto hasta ahora un solo eslogan que haga referencia al color del gobierno en turno, ni se ha aludido en ninguna de las actividades a las bondades del alcalde y su partido, aunque en realidad la pertenencia al Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) de Juan Rodolfo se antoja más bien circunstancial.
En realidad ha sido una celebración muy aséptica, muy libre de tendencias partidistas y más bien ha reflejado que la nueva administración está muy concentrada en mostrar un gran cariño por la ciudad, tratando de recuperar una identidad que sinceramente se estaba perdiendo.
“El Festival pretende que la gente regrese al corazón de Toluca, que vuelva a estar en la plaza central y recuerde que este es un entorno que nos pertenece a todos” , dijo JuanRo el pasado 4 de marzo, y en términos generales, todo parece indicar que ahí la lleva. Claro que tampoco se puede negar que ha habido algunos momentos desafortunados, como un apagón de 20 minutos que dejó a varias personas en los juegos mecánicos instalados en la plaza del Teatro Morelos , o las vallas que algunos seguidores de la banda “La Adictiva” derribaron durante el concierto. También ha sido complicado el acceso de personas de la tercera edad y con capacidades diferentes cuando la Plaza de los Mártires ya está llena, pero en cambio, a la menor intención de algunos asistentes por fumar marihuana ha intervenido el personal de Protección Civil, sin contar con que hay elementos de Seguridad Pública por todos lados, y hasta han echado mano de unidades caninas. En Festiva ha habido pros y contras, como en cualquier actividad en la que participan miles de personas, aunque tengo mis dudas y no estoy muy segura de que en la plaza principal quepan 100 mil toluqueños, como ha presumido la administración municipal tras el concierto de los Ángeles Azules.
Total: no hay motivo para deshacerse en alabanzas, pero con todo y los contras que muchas personas puedan expresar, Festiva es un esfuerzo interesante que está cumpliendo con una misión que a simple vista para muchos es hasta superflua, porque en el municipio hay necesidades importantes, como la seguridad pública, el reordenamiento vial, el exceso de basura, etc., pero como sea, es importante contar con unos días de esparcimiento que además al parecer ha traído una derrama económica de 140 millones de pesos, según la Cámara Nacional de Comercio, Servicios y Turismo (CANACO) . Honestamente es un buen punto el que se han anotado el alcalde, su cabildo y la administración, y eso cuenta mucho, porque además, hay que anotar que hasta ahora cuando se le ha mencionado en los actos públicos no se ha llevado ni siquiera una rechifla, a diferencia de otros gobernantes de su partido de cuyo nombre por hoy no quiero acordarme, para que no me vayan a decir fifí.

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