Visión Puntual

Por: José Contreras Contreras

Sepultan al sistema de pensiones, y también al PRI

 

Los diputados priistas del Estado de México parecen empeñados a sepultar lo que queda de su propio partido político. La aprobación de la Ley de Seguridad Social de la entidad, además de asesinar el sistema de pensiones que durante décadas fue ejemplo nacional, representa, además, la puntilla al revolucionario Institucional inserto en el desprestigio social.

Por más que el equipo de imagen política del Gobierno del Estado de México se esfuerza en hacer creer a los mexiquenses que la medida de “rescate” del Instituto de Seguridad Social del Estado de México (Issemym) fue prudente y necesaria, la verdad es que pocos se van a tragar el cuento y ya nada más falta que quieran que les aplaudan.

¿Necesaria? Sí, de eso no hay duda, pues el instituto está sumido en la peor de sus crisis financieras, y eso que ya había pasado por varias, las cuales, por cierto, con voluntad política y el sacrificio de los trabajadores gubernamentales, habían sido superadas en el pasado reciente, con esfuerzos, con ahorros y con esquemas inteligentes que nunca dilapidaron tantos años de ahorro de los propios empleados al servicio de los gobiernos.

Lo extraño fue ver en la aprobación priista de esa medida cómo se relamieron los bigotes algunos dizque representantes populares que están ahí precisamente para, supuestamente, defender los intereses de los burócratas y profesores mexiquenses, quienes, por si no lo saben, son los más afectados con el cambio de régimen.

Diputados priistas mexiquenses empeñados en sepultar a su partido político.

En las últimas horas han circulado cientos de documentos y versiones a favor y en contra de la medida, pero más allá de esos “sesudos” textos, lo cierto es que existirá una afectación de fondo y forma a la calidad de vida de los trabajadores.

En primer término, eso de tener que cumplir 75 años para aspirar a una jubilación en el aparato gubernamental es poco más que una mentada de madre para cientos, si no es que miles de trabajadores, a los cuales les acaban de decir que tendrán que trabajar una o dos décadas más antes de pretender vivir de lo que ahorraron.

En segundo término, el asunto de utilizar una especie de AFORE para recaudar el ahorro de los burócratas y que con eso mismo se financien los últimos años de su vida, es simplemente echar abajo una conquista laboral que llevó a los buenos dirigentes sindicales muchos años de lucha, lo que ahora de un plumazo han enviado al bote de la basura.

Eso es en contra de los trabajadores derechohabientes del Issemym, pero más allá de esa golpiza, por no decirlo de otro modo, también hay que tomar en cuenta el grave daño que esta medida camaral tendrá para lo que queda del Partido Revolucionario Institucional.

El pasado 1 de julio, la mayoría de los mexicanos, y en particular de los mexiquenses, votó en contra del PRI-gobierno, esa dualidad que en esta entidad lleva más de ocho décadas de ejercicio de poder, y lo hicieron precisamente en ese sentido porque muchos están cansados de este tipo de medidas en las que primero se sacrifica al pueblo, a los más necesitados, y luego se ve por los que ejercen el poder.

Este es precisamente el tipo de cosas que Andrés Manuel López Obrador catalizó adecuadamente para el triunfo descomunal que conquistó para su partido político el pasado 1 de julio, con lo que muchos, entre ellos, por cierto, cientos de trabajadores gubernamentales, prefirieron dar su confianza a siglas distintas a las que por décadas votaron.

Habrá quien diga precisamente que ¿ya qué más puede perder el PRI? Y que por eso precisamente ahora se ponen en juego ese tipo de medidas evidentemente impopulares, pero que no se equivoquen, porque el PRI sí tiene todavía mucho qué perder, y también tiene mucho qué ganar, pues en la lógica se entiende que el primer día de campaña de cara a la próxima elección debió ser el 2 de julio, al día después de la derrota.

Si el Partido Revolucionario Institucional se convierte en uno de tantos institutos políticos que en México solamente funcionan cuando hay elecciones, entonces sí está perdido, lo más seguro es que no se levante de la lna y mucho menos que recupere los espacios perdidos hace unas semanas.

El PRI debe convertirse en el partido más activo, en el más pensante, pero también en el más prudente a la hora de promover, votar y aprobar este tipo de medidas que a todas luces tendrán un efecto contrario en el ánimo popular. Si lo que se desea es desatar definitivamente la animadversión hacia el Revolucionario Institucional, pues entonces sí van muy bien.

 

De aliados a enemigos

 

Para comenzar los trabajadores al servicio del Estado de México y Municipios, así como los profesores, quienes por décadas fueron los principales aliados del Revolucionario Institucional para ganar elecciones, ya se declararon enemigos cazados del gobierno al que sirven, por lo menos del partido político al que la actual administración estatal representa.

Fue extraño escuchar a maestros mexiquenses ayer decir francamente la frase famosa de “estaríamos mejor con López Obrador”, sobre todo en un momento políticamente tan significativo cuando por lo menos el titular del Poder Ejecutivo mexiquense requiere de alianzas para enfrentar un futuro cercano en el que estará prácticamente rodeado de fuerzas políticas adversas, donde en los hechos será minoría en el ejercicio del poder, y en el que está decidido que si quiere rehacer a su partido político tendría que comenzar por sumar, no por restar.

En la misma tesitura están los trabajadores sindicalizados al servicio de los gobiernos estatal y municipales, quienes de plano ya mueven la idea de desconocer a sus dirigentes sindicales a quienes mínimo califican de “pasivos” ante el rápido juego legislativo que hubo para aprobar este tipo de esquemas laborales que evidentemente no son lo más cómodo que se recuerde para la burocracia.

El SUTEYM podría pasar de ser el mejor aliado al peor enemigo del gobierno mexiquense.

Hay que recordar que en el Estado de México el SUTEYM, sindicato que agrupa a los burócratas, representa más o menos a 80 mil personas y sus familias, mientras que el sindicato mayoritario de profesores anda por ahí de los 95 mil afiliados, quienes en horas pasaron de aliados a adversarios, lo que habría que tomar muy en cuenta y tener las debidas precauciones, pues llevar esta tendencia no puede significar nada bueno para la administración mexiquense que se esfuerza por mantenerse a flote, pero que evidentemente enfrenta problemas de hundimiento.

Hay que hacer algo para remediar la situación, pues el descontento social que esta media generó no es poca cosa, y más allá de los cálculos electorales que podrían hacerse con más de 150 mil adversarios cazados para el PRI, se trata también de viabilidad en la conducción de dos esquemas gubernamentales básicos: la educación y la administración pública.

 

Duro, pero fino

 

Dentro de todo lo malo para los priistas que sobrevino con la aprobación de la Ley de Seguridad Social, lo único rescatable es la demostración de oficio político que dio nuevamente Miguel Sámano Peralta, coordinador de la bancada del Revolucionario Institucional y presidente de la Junta de Coordinación Política de la Cámara de Diputados.

Sea para bien o para mal, Sámano Peralta hizo su chamba, logró lo que unas horas antes parecía imposible, reunificar la tan gastada alianza del PRI con Nueva Alianza y el Partido Verde Ecologista de México para convencerlos de votar juntos a favor del paquete de iniciativas enviadas por el Ejecutivo del Estado de México.

Miguel Sámano consiguió los votos que se necesitaban para aprobar el paquete de iniciativas del Ejecutivo mexiquense.

De paso, Miguel Sámano consiguió que la representación del Partido Encuentro Social, que supuestamente era aliado de Morena, votara también junto con priistas, verdes y aliancistas para aprobar la Ley de Seguridad Social y la propuesta de refinanciamiento de la deuda pública de esta entidad.

Dicen las malas lenguas que también Sámano Peralta fue capaz de convencer a una importante cantidad de diputados de oposición al PRI de ausentarse mientras se votaba ese paquete de reformas, y así se consiguió que los votos en contra fueran los menos, mientras que se sumaban los necesarios para que las iniciativas procedieran.

Son de esas cosas que no logra cualquiera, pues lo más fácil era, evidentemente, dejar caer el paquetazo que le echaron encima en esta ocasión, pero se demostró capacidad de operación política, y como dijo aquel, “haiga sido como haiga sido”, pues el objetivo se logró, las propuestas ya se votaron, ya se aprobaron y ya están ahí, como parte de la crónica legislativa.

 

Zepeda va por el PRD

 

Juan Manuel Zepeda, senador electo por el Estado de México, quien fue de los pocos agraciados en eso que llamaron Por el Estado de México al Frente, afila las uñas y pone de cabeza a San Antonio, en busca del abordaje que le permita hacerse de lo que quedó del Partido de la Revolución Democrática en la entidad mexiquense.

Primero, hay que recordar que técnicamente el PRD todavía no la brinca completamente en el asunto de mantener el registro como partido nacional, pues, hasta donde se tiene en materia de números hasta el momento, el llamado partido del sol azteca no cumple con el requisito de obtener por lo menos el 3 por ciento de la votación válida registrada en la elección presidencial del pasado 1 de julio.

De confirmarse que el PRD pierda su registro como partido político nacional, bien podría irse por la ruta alterna, como ya anunció Nueva Alianza que lo hará, de tramitar un registro como partido político estatal en el Estado de México para sobrevivir y, desde aquí, intentar rehacerse como fuerza política federal, con todo lo que se eso significa, por ejemplo, competir en elecciones a lo largo de la República Mexicana, y, quizá lo más importante, hacerse de prerrogativas federales, vía el Instituto Nacional Electoral.

Juan Manuel Zepeda, senador electo, al abordaje por la dirigencia estatal del PRD.

Sea de un modo u otro, lo único cierto es que el PRD está próximo a una reconstrucción de fondo, en la cual el primer sacrificado será su actual dirigente mexiquense, Omar Ortega Álvarez, quien está con un pie fuera de la cúpula perredista, pues además de que todos lo señalan como responsable de la caída electoral que ha puesto en riesgo el registro de ese partido, pues el Estado de México era tradicionalmente el que más votos aportaba a la causa nacional, también está enfrentado con la dirigencia nacional, más todavía por el último choque por la coordinación del grupo parlamentario del PRD en la Cámara de Diputados federal.

Como sea, Omar Ortega saldrá de la dirigencia estatal del PRD, y en consecuencia tendrá que surgir una nueva mesa directiva, para la cual el primer apuntado es exactamente el senador electo Juan Manuel Zepeda, quien a su favor tiene los buenos resultados que dio como candidato en la elección por la gubernatura del Estado de México y por haberse colado al Senado de la República, como primera minoría el pasado 1 de julio.

Para tal objetivo Zepeda ya teje redes, hilvana fino con los muchos grupos de inconformes que quedaron en el PRD, unos porque fueron sacrificados en sus aspiraciones legítimas de acceder a candidaturas por todos los espacios que cedió el PRD a los panistas en la coalición Por México al Frente, y otros hasta por el Movimiento Ciudadano, partido que, por cierto, no aportó muchos votos a la coalición pero sí el tema más memorable de la contienda, que incluso se colocó en los primeros lugares de descargas en las ahora tan de moda tiendas virtuales de música.

Es lógico que Zepeda, descendiente directo de los dueños del PRD mexiquense, los hermanos Bautista, tiene la “bendición” de esa cúpula que sabe también que el último resquicio de poder es precisamente ese importante municipio de la zona oriente, donde incluso se vio amenazado por Morena, pero que supo mantener a flote precisamente por el trabajo político de Juan Manuel y de Juan Hugo de la Rosa, quien es, por cierto, el principal aliado del futuro senador para hacerse de la dirigencia estatal del partido del sol azteca.

Falta ver lo que dicen los líderes nacionales del PRD, porque allá sí quedó minado el grupo de los bautista, tanto porque nunca hubo acuerdos concretos en cuanto a las medidas políticas derivadas de la coalición con PAN y Movimiento Ciudadano, como porque, dicen, en esta ocasión los célebres hermanos de Nezahualcóyotl no participaron económicamente de forma tan activa como en el pasado a la hora de las campañas proselitistas.

Lo cierto es que Zepeda tiene todo un plan para concretar el abordaje, desde el Senado de la República, pero también operando con los pocos líderes del PRD que no cayeron en la tentación de irse detrás de Andrés Manuel López Obrador, que son finalmente los que tendrán la grave responsabilidad de lograr la obra del Ave Fénix perredista.

 

La última y nos vamos…

 

No son pocos los que aplaudieron, la mayoría por redes sociales, lo que hace unos días se comentó en este mismo espacio sobre la deficiente actuación de la titular de Cultura y Deporte del Estado de México, Marcela González Salas, a grado tal que, sin pedirlo, nos han hecho llegar interesantes documentos en los que se refleja no solo lo que aquí se comentó, sino una larga lista de presuntas irregularidades que también han ocurrido en el último año en ese sector.

Marcela González Salas, denunciada por presunto acoso laboral.

Muchos de los documentos tienen qué ver con acciones de intimidación, persecución laboral y despidos injustificados presuntamente que se concretaron en contra de distintos empleados, unos de nivel directivo, pero muchos más de la base cultural del Estado de México que contribuyó durante décadas a la construcción de esa instancia.

La próxima semana nos vamos a dar tiempo de comentar caso por caso, porque en realidad algunos de ellos son dignos de destacar.

Dicen que lo más importante para ser líder es parecer líder, y si todo eso se hizo en contra de los promotores y creadores culturales de esta entidad, qué resultados se pueden esperar a favor de ese sector que tiene ya un buen tiempo como dormido, como en ausencia.

No es un asunto personal contra una servidora pública que en otros tiempos fue ejemplo, pero lo cierto es que hoy las cosas en la secretaría de Cultura y Deporte nada más no funcionan, por lo que en el análisis las cosas deben verse de forma fría, y se observará que las cosas no pintan para bien, lo que hace necesario medidas de fondo que recompongan el tiempo perdido y que garanticen un futuro mejor para los mexiquenses. ¿O no?

 

 

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