Visión Puntual

Por: José Contreras Contreras

Partidos políticos en quiebra

 

El aplastante triunfo del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) en las elecciones del 1 de julio dejó miles de damnificados, pues a excepción del instituto político de Andrés Manuel López Obrador, el resto quedaron desarticulados, sumidos en enfrentamientos entre militantes y dirigentes, y, quizá lo peor, en quiebra.

Pareciera una pose catastrofista, pero no lo es. Partidos políticos donde la apertura está dada, como el de la Revolución Democrática, han aceptado abiertamente su condición, incluso el pasado fin de semana anunciaron públicamente que liquidarán a sus empleados por no poder sostener la nómina.

Otros institutos más cerrados o conservadores, incluso aquellos que les gusta dar una cara pública diferente, aunque por dentro se los esté llevando la tristeza, hacen todo lo posible porque no se sepa hacia el exterior la difícil situación que enfrentan, sobre todo en lo que hace a sus finanzas internas.

PRD se declara oficialmente en quiebra.

Uno de esos partidos políticos es el Revolucionario Institucional (PRI), otrora poderosa organización política que de ser el más grande, el más fuerte y el económicamente más poderoso, pasó a una condición de subsistencia en la cual simplemente no tiene para enfrentar los gastos fundamentales como los de nómina, aunque todavía les cuesta mucho trabajo reconocerlo públicamente.

Pero esa es la condición real de la mayoría de los partidos políticos, insisto, a excepción de Morena y aquellos que integraron con éste la coalición Juntos Haremos Historia, es decir, el Partido del Trabajo y Encuentro Social. Solo esos tres están en condiciones económicas más o menos favorecedoras.

Estos tres partidos políticos, Morena, PT y PES, no tendrán ningún problema para seguir adelante en sus actividades ordinarias y electorales sin problema alguno, solamente con base en las prerrogativas ordinarias y extraordinarias que enfrentarán lo que resta de este año y todo el próximo.

Esto debido a que sus finanzas, lejos de verse afectadas por los resultados electorales, fueron beneficiadas de manera muy importante, por lo que prácticamente recibirán el doble y hasta el triple de los recursos que estaban acostumbrados a obtener vía el financiamiento público que el Instituto Nacional Electoral otorga a los partidos políticos.

Pero las cosas no son así de benéficas para todos, pues en caso del Partido de la Revolución Democrática y el Revolucionario Institucional sus economías cayeron dramáticamente. En el caso del PRD los ingresos mermaron a la mitad, con relación a lo que recibían vía prerrogativas hasta antes de la elección del pasado 1 de julio, y por lo que respecta al PRI la situación es todavía más difícil, pues prácticamente obtendrá una octava parte de lo que antes ingresaba de financiamiento público.

Por ello las alarmas están encendidas tanto en el PRD como en el PRI, aunque insisto que el PRD es el único que ha tenido el valor de reconocer su verdadera situación, pues los del PRI han preferido callar y hacer ver una cara “positiva”, como si en realidad no estuviera sucediendo nada, cuando en verdad sienten que el barco se les hunde y ya no saben de dónde echar mano.

Para el PRI la situación es todavía más apremiante si se considera que es in partido acostumbrado a “ingresos extraordinarios” que recibió siempre, vía donaciones, tanto de importantes personajes políticos como de los gobiernos afines. Lo malo es que ahora los personajes importantes dispuestos a seguir apostando a favor del PRI cada vez son menos, como también sucede en el caso de los gobiernos afines al PRI.

El Revolucionario Institucional cada vez tiene menos gobernadores a los cuales pedirles “el favor” que los ayuden, y los pocos que le quedan están cada vez más acotados, pues existe un franco miedo a incurrir en responsabilidades financieras que tarde o temprano sancione el equipo de López Obrador que pronto se convertirá en gobierno.

Por eso las cartas están echadas en contra de los militantes colaboradores como de manera rimbombante se le llama a quienes laboran en el Partido Revolucionario Institucional, donde bajo esa falsa figura se han cometido abusos e irregularidades desde hace varios años, situación fiscal que seguramente también revisará pronto el gobierno de la mal llamada cuarta transformación.

Muchos empleados del priismo mexiquense han sido ya echados a la calle, y los poco que restan viven en la incertidumbre cada quincena, pues cada día 15 y 30 de mes llegan con las ilusiones de cobrar el salario devengado, pero en la mayoría de los casos se han quedado con las ganar de ingresos, simple y sencillamente porque no hay dinero para seguir adelante con el ritmo de gasto que ejercían hasta hace poco los “poderosos” del PRI.

Atrás quedaron los tiempos de los “camionetones”, los guardaespaldas y los lujos priistas, hoy verdaderamente, los pocos que quedan, andan casi a pie y con las bolsas del pantalón rotas y sin un solo peso.

¡Ah qué tempos señor Don Simón! Opinan algunos que todavía quedan con ganas de salir delante de la peor crisis que el PRI haya vivido en ocho décadas de ejercicio de poder y dominación en el territorio mexiquense. Hoy sobreviven con lo poco que la elección del 1 de julio les dejó, lo cual, por cierto, es más una ilusión que una realidad financiera, como antes lo fue.

 

¿Y el saneamiento de Salud?

 

Las calles de Toluca se inundaron ayer de furiosos empleados de la Secretaría de Salud, quienes demandaron a gritos y con pancartas, vinilonas y mantas que esa dependencia cumpla con todos los pagos pendientes, sobre todo lo que respecta s sus prestaciones salariales, seguido de sus impuestos, y para rematar lo concerniente a un serie de seguros contratados que se les descuentan, vía nómina, pero que éstos no han sido pagados a las aseguradoras contratadas, por lo que sus pólizas fueron invalidadas.

Se trata de un dineral, tanto en impuestos como en esos seguros de gastos médicos, de vida, hipotecarios y de cobertura de accidentes para sus automóviles, mismos que nunca llegaron a las aseguradoras con las que supuestamente se tenían los tratos.

Es una situación realmente complicada, porque no solamente el problema es que los trabajadores fueron despojados de sus recursos, sino que, además, media también un gran fraude con las aseguradoras, pues hay casos tan lamentables como ex empleados de Salud que fallecieron y cuyos deudos se quedaron con una mano atrás y otra adelante, pues no pudieron hacer efectiva la póliza, por lo que nunca recibieron un peso.

¿Dónde quedó el saneamiento financiero de la Secretaría de Salud?

Pero hay casos, cientos de casos, de empleados que tenían “asegurados” sus automóviles, y el día que chocaron y que demandaron la cobertura del seguro, éste no se hizo realidad, porque las empresas aseguradoras les informaron que sus pólizas estaban canceladas porque tenían varios meses, incluso años, de no ser pagadas.

Insisto, a los trabajadores siempre se les hicieron los descuentos referidos, pero éstos no se aplicaron, por lo que evidentemente ese dinero se quedó en alguna parte, o en la bolsa de alguien, porque no es que haya simplemente desaparecido, éste se cobró, pero no se pagó. Entonces ¿dónde quedó ese dinero?

Viendo el asunto desde una perspectiva totalmente fría, pues evidentemente detrás de este asunto hay un fraude a los trabajadores del sector Salud, se trata claramente de un abuso de autoridad de quien engañó a esos  miles de empleados a los que se les hacían los descuentos pero no se pagaba ni sus impuestos ni mucho menos sus seguros contratados, pero también se trata de una desviación de recursos públicos que es necesario investigar y, en su momento, sancionar, cuando se encuentre al responsable.

¿Dónde quedó todo ese dinero? Esa es la pregunta que se hacen no solamente los empleados a los que se les hizo esa treta financiera de tan graves efectos que hoy hay algunos que están a punto de perder sus viviendas porque no se hicieron oportunamente esos pagos.

Todo esto comenzó en el año 2016, según revelaron ayer mismo algunas de las mismas compañías aseguradoras a las que se les dejó de pagar puntualmente. Entonces, fue durante la administración del ex gobernador Eruviel Ávila Villegas cuando se cometieron esas irregularidades, siendo secretario de Salud el señor César Nomar Gómez Monge.

Si se trató de un NO pago de impuestos, entonces estamos hablando del delito de defraudación fiscal, por lo que el gobierno federal, en específico el Sistema de Administración Tributaria, tendría que actuar en contra de esos presuntos responsables: Eruviel Ávila Villegas y César Nomar Gómez Monge, quienes andan por ahí, como frescas lechugas, tal vez viviendo de lo lindo a expensas de los recursos de esos trabajadores.

La verdad no se vale que mientras muchos de esos empleados adheridos al Sindicato Nacional de Trabajadores de la Secretaría de Salud se estén quedando en la indefensión por supuestamente no pagar sus viviendas, otros tengan para bodas “reales” con renta millonaria en hacienda de entidad vecina, y peor aún que se permita que alguien que pudiera haber incurrido en este tipo de irregularidades financieras, de forma directa o indirecta, ahora cobre todavía salario en el Senado de la República y, para acabarla de amolar, tenga el privilegio del fuero constitucional para que nadie pueda someterlo a la revisión legal que este caso demanda.

Es hora de que la situación se aclare, se determine perfectamente quién es el responsable de tal situación, y se actúe conforme a derecho, hasta el fondo, son miles de empleados los afectados por esta situación, por un problema que debe tener nombre y apellido, porque ser autoridad, ser “Jefe”, no solamente consiste en cobrar bien y vivir de lo lindo, existen obligaciones hacia los trabajadores que es necesario cumplir, y el que no cumpla, está sujeto a una responsabilidad penal.

 

El derecho al pataleo

 

La elección de la próxima dirigencia del Sindicato de Maestros al Servicio del Estado de México quedó atrás. El ciclo se cerró formalmente con la declaratoria de validez de la elección, la cual favoreció al candidato de la planilla Base Sindical, José Manuel Uribe Navarrete.

Sin embargo, hay quienes todavía no quedaron conforme con la sonora derrota que recibieron en las urnas y están ejerciendo su “derecho al pataleo, a esa tercermundista práctica que consiste en hacer show para ver qué es lo que se puede obtener de la derrota. “De lo perdido, lo que se encuentre”, decía la abuela.

Y por ese camino se mueven todavía los candidatos derrotados, quienes evidentemente eso del “Fair Play” no se les da mucho y pretenden seguir pateando, como gatos boca arriba, para tratar de rescatar algo de la derrota que no fueron capaces de revertir en el momento adecuado, en las urnas, no litigando ante los medios de comunicación o en los tribunales.

¿Les falta madurez a quienes compitieron por la dirigencia del Sindicato de Maestros al Servicio del Estado de México o simplemente ejercen su derecho de «pataleo»?

¿Qué alegan? Me preguntaba ayer una compañera del mismo Sindicato de Maestros al Servicio del Estado de México. Pues en realidad no mucho, acusaciones efímeras como que algún político destacado apoyó al ganador de la contienda, como si a ellos mismos no los hubieran impulsado “fuerzas oscuras” como ex secretarios generales del mismo Sindicato y, en casos extremos, hasta autoridades de dependencias del gobierno federal, estatal y municipales.

Otro alegato recurrente es el presunto uso indiscriminado de dinero en las tareas de proselitismo. En ese caso existe un límite que fijó el Órgano Electoral Independiente, instancia que deberá ahora hacer la revisión de los gastos y, si encontrara algún tipo de rebase, pues que actúe con tino y firmeza para evitar cualquier tipo de abusos.

La última instancia en la que alguna candidata derrotada está acudiendo para tratar de sacar algo de su tropiezo es el Tribunal de lo Contencioso Administrativo del Estado de México, donde si bien le dieron entrada al expediente, la verdad es que esa instancia difícilmente se meterá en problemas con este asunto y evidentemente desechará el caso por falta de pruebas.

Y es que el insulso expediente que la ex candidata presentó pareciera más una carpeta de periódico amarillista que un expediente judicial, cosas que solamente ella entiende, fotografías sin mucho sustento legal, pruebas, o intentan ser pruebas, de una realidad contradictoria que solamente ella entiende y que ahora quiere que otros le crean.

La verdad es que los profesores que fungieron como candidatos y candidatas en esa elección harían bien en analizar su situación, en pensar que quedarían mejor si demostraran altura de miras, tamaño político, decencia y competitividad, que andar por ahí regando el poco prestigio personal y profesional que les queda.

Incluso el ganador ha hecho ya en dos ocasiones un llamado a la unidad, a dejar atrás la contienda y sumarse a un proyecto de unidad a favor de las causas del magisterio mexiquense. Si los perdedores no lo hacen estarán dejando entrever que su asunto no era ganar por el bien de los afiliados al sindicato más importante del Estado de México, sino que lo suyo eran simples intereses personales que han visto truncados por falta de capacidad para ganar una elección en la que tuvieron todo para hacerlo y, si no lo lograron, simplemente es muestra de su medianía.

 

Panismo entrampado

 

Sea cual sea el resultado de la elección interna del Partido Acción Nacional para elegir a su próxima dirigencia estatal, puede usted estar seguro que habrá problemas. No será un proceso que concluya en las urnas, se irá a los tribunales y ahí se definirá, quizá en medio año, quién será el próximo presidente local del panismo.

No es que a mí me guste este tipo de procesos y mucho menos que esté deseándole mal a nadie, por el contrario, ya dije un poco más arriba que hay que saber perder, que en las elecciones se ganan o se pierden por un voto, pero también ese voto merece ser respetado, y, sobre todo, que quien se mete en ese tipo de asuntos debe tener la madurez suficiente como para reconocer cuando no fue capaz de convencer a los votantes.

Sin embargo, en el caso específico de Acción Nacional en el Estado de México el problema es que los participantes, como candidatos, son tres viejos lobos de mar que no están dispuestos a ceder ni un centímetro en sus aspiraciones personales, valiéndoles un cacahuate el partido en sí mismo, y como tales son capaces de incendiarlo antes de cederlo a otro.

Oscar Sánchez Juárez y José Luis Durán Reveles ya han demostrado en múltiples ocasiones que son de esos tipos que cuando pierden arrebatan, y que todo lo que sea necesario hacer, lo harán, antes de perder.

¿Acabará en tribunales la elección interna del Partido Acción Nacional?

Jorge Inzunza Armas es un político todavía un poco más moderado, quien ya incluso en alguna ocasión cedió terreno y comprendió que el triunfo no le pertenecía, por lo que asumió una actitud más disciplinada a favor de la unidad interna del panismo, pero eso no le exime de que en esta ocasión su comportamiento sea diferente, y vaya por todas las canicas.

Lamentablemente el proceso de renovación de la dirigencia estatal de Acción Nacional no está causando el interés que se requiere en la poca militancia que le queda a ese instituto político; por el contrario, entre los panistas hay un dejo de me vale madre que no pueden con él, y es que el ánimo realmente está por los suelos, muchos de sus principales cuadros emigraron desde antes del 1 de julio y los que se quedaron ven muy complicado que el nuevo dirigente sea capaz de sacar al PAN del hoyo en el que lo dejaron sumido.

Al PAN no le queda más que fortalecerse al interior para intentar salir delante de su situación, pero existe un altísimo riesgo de que la competencia por la dirigencia estatal sea factor de enfrentamiento, no de unidad y mucho menos de fortalecimiento interno. Veremos qué es lo que dejarán los tres que hoy compiten por el PAN mexiquense, a ver si dejan algo vivo para dirigir.

 

La última y nos vamos…

 

Si alguien sabe dónde anda el presidente municipal electo de Toluca, Juan Rodolfo Sánchez Gómez, díganle por favor que le quedan escasos 75 días para armar su equipo de trabajo, diseñar su plan de gobierno, sentar las bases de sus primeras acciones de gobierno y, quizá lo más importante, tomar los hilos de la administración pública de la capital mexiquense para demostrar que es tan bueno para trabajar y cumplir como lo fue para prometer y hablar.

Con un rijoso como Secretario del Ayuntamiento y un señalado de corrupción como responsable de las Finanzas públicas municipales, no se advierte un día de campo para el próximo responsable del gobierno de Toluca, quien poco a poco se mimetiza más en su ahora jerarca Andrés Manuel López Obrador y poco a poco comienza a recular en aquello con lo que conquistó el voto popular el primer domingo de julio.

¿Está listo Juan Rodolfo Sánchez Gómez para regresar a la alcaldía de Toluca?

Que él sí era capaz de acabar de tajo con el problema de los baches en las calles de Toluca es una de las múltiples promesas que poco a poco se ha ido diluyendo en un discurso de “mediación” muy recomendado por sus asesores, en el cual ahora ya dice que se necesitará más de un año para hacer frente a ese asunto. Al rato, puede usted estar seguro, ya van a ser dos años y más pronto que tarde serán 3 años, para finalmente reconocer que era una causa perdida desde antes de comenzar.

Puede que el Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), partido político que en esta ocasión lo candidateó a la presidencia municipal de Toluca tenga un gran respaldo social, eso no puede negarse, los hechos así lo demuestran, pero en el caso específico de Sánchez Gómez la paciencia de los ciudadanos de la capital mexiquense no será tan larga como la que se ofrece a López Obrador, al próximo edil de Toluca se le exigirán resultados inmediatos, es alguien a quien la población ya conoce, incluso sobre el cual todavía pesan dudas importantes, por lo que la presión le llegará pronto.

Hay que hacer votos porque le vaya bien, más allá de los discursos, en la chamba, en el trabajo cotidiano, a la hora de ofrecer respuestas, pues pronto se dará cuenta que prometer no empobrece, pero cumplir es lo que genera deudas. ¿O no?

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