Por: Antonio Huerta Gutiérrez

Erik Omar Mandujano Romero, quien en la administración anterior se desempeñó como sexto regidor de Toluca, al lado de su “maestro”, Juan Rodolfo Sánchez Gómez, enseñó “el cobre” feo y de la tragedia quedó en el ridículo. En las primeras horas del sábado 12 de febrero, el ex regidor del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) hizo público, a través de sus cuentas en redes sociales, que fue víctima de un robo en su residencia ubicada en una calle privada de Santa Ana Tlapaltitlán de la capital mexiquense, lo que siempre será lamentable; lo malo vino cuando –quizá para exagerar y lograr la atención de las autoridades—dijo que le habían robado 2 millones de pesos en joyas y dinero en efectivo. Por supuesto que desde lo más alto de Morena alguien le “recomendó” bajarle al chisme, y lo hizo ver que eso de tener en su casa más de 2 millones de pesos en joyas y dinero no iba muy bien con el principio de “austeridad” que tanto pregonan los morenistas. Entonces, cuando llegó la hora de iniciar la denuncia correspondiente, cambió la versión y dijo que lo sustraído era aproximado a los 30 mil pesos, y, aclaró, que la casa era de sus padres, como para que nadie se diera cuenta de su elevado nivel socioeconómico de alguien que jura ser “humilde”. Para entonces ya nadie le creyó y lo único que logró fue el escarnio popular con comentarios como: “ladrón que roba a ladrón” y “ahora sabemos dónde quedó el presupuesto de Toluca que no se pagó en salarios a los trabajadores. Desafortunado.