Muchos países de ingresos bajos y medios afrontan actualmente una doble carga de cáncer, el mamario y el cervicouterino, que son las principales causas de muerte por este mal entre las mujeres de más de 30 años edad.
Ante este panorama, la Organización Mundial de la Salud (OMS) hace énfasis en que esas naciones deben implementar estrategias combinadas que aborden estos dos problemas de salud pública de manera eficaz y eficiente.
También pone sobre la mesa los temas como la sensibilización del público en general, los mecanismos de control, la promoción de políticas y programas adecuados, como estrategias fundamentales para combatir este mal entre la población no sólo femenina sino también entre los hombres.
El control de factores de riesgo específicos modificables, así como una prevención integrada eficaz de las enfermedades no transmisibles que promueva los alimentos saludables, la actividad física y el control del consumo de alcohol, el sobrepeso y la obesidad, tendrían un efecto de reducción de la incidencia del cáncer de mama a largo plazo.
Este padecimiento es más frecuente entre las mujeres tanto en los países desarrollados como en desarrollo. La incidencia está aumentando en el mundo debido a la mayor esperanza de vida, el aumento de la urbanización y la adopción de modos de vida occidentales, alerta la OMS.
El cáncer de mama es el más común entre las mujeres de la orbe, pues representa el 16 por ciento de todos los cánceres femeninos. Se estima que en 2004 murieron 519 mil mujeres y aunque es considerada como una enfermedad del mundo desarrollado, la mayoría -un 69 por ciento- de las defunciones por esa causa se registran en las naciones en desarrollo, señala un estudio sobre Carga Mundial de Morbilidad, 2004 de la OMS.