Necesitan mujeres independencia económica para combatir violencia

Grupo Puntual / Mariana Moreno

TOLUCA, México, 1 de Septiembre de 2022.- Estado de México ocupa el primer lugar nacional en el índice de violencia contra las mujeres, prácticamente 8 de cada 10 mujeres en territorio mexiquense, mayores de 15 años, han sido víctimas de algún tipo de agresión en el último año.


De acuerdo con la Encuesta Nacional de la Dinámica de Relación en los Hogares 2021, que realizó el Instituto Nacional de Estadística y Geografía, es en el entorno familiar donde se presenta mayor número de agresiones hacia las mujeres, con el 40 por ciento de los casos.


María de Lourdes Medina Ortega, presidenta del Consejo Coordinador de Mujeres Empresarias en el Estado de México (CCME), señaló que la estrategia para combatir estas agresiones debe estar enfocada en su libertad financiera y en la educación.


Al momento, hasta el 19 por ciento de las mujeres agredidas a nivel nacional sufren violencia patrimonial, y al no contar con los recursos para poder hacerse cargo de su manutención y la de sus familias, puede prolongarse la línea de violencia e incluso incrementarse.


“No podemos permitir que las mujeres vivan en un círculo de violencia porque no tienen posibilidades económicas para moverse a otro lugar, el verdadero camino de la recuperación económica y social de nuestro país está en dotar a las mujeres de herramientas para tomar decisiones en libertad”, indicó.


Señaló que las propuestas que se ha hecho desde el Consejo Coordinador de Mujeres es que las políticas públicas se den con perspectiva de género, pero más aún se trata de una apuesta económica en la cual el Producto Interno Bruto (PIB) del país podría crecer hasta 15 puntos porcentuales si se incrementa sólo en 8 millones de mujeres la fuerza laboral de todo el país.


Para el Estado de México es poco más del 40 por ciento la participación femenina en la vida productiva, por lo que uno de los objetivos fundamentales es acelerar la integración de las mujeres en puestos de trabajo formales o bien en emprendimientos que trabajen de manera regular.


“No se trata sólo de un discurso de impulso a la mujer sino además de un impulso social en donde la economía crezca a partir de una fuerza laboral más robusta, eficiente, capacitada, informada, pero sobre todo una población que tiene posibilidades de vida en paz y que promueve paz hacia las siguientes generaciones”, advirtió.

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