- La angustia y frustración puede llevar a conductas de autodestrucción, advierte
Grupo Puntual / Claudia Rodríguez
TOLUCA, México, 31 de Julio de 2019.- Año a año, más de 2 millones 400 mil jóvenes egresados de un nivel medio superior buscan ingresar a una universidad pública y con ello cumplir la meta de terminar una carrera; desafortunadamente no todos lo logran.
Esta difícil situación viene a complicarse cuando los planes realizados por los jóvenes se ve “truncados” al ser rechazados de la institución pública de su elección, llevándolos a enfrentar un estado de desilusión, depresión y frustración, comentó Alejandro Gutiérrez Cedeño, especialista en Psicología de la Salud.
“Ayudar a los hijos a que si no es la primera opción hay una hay segunda o tercera opciones, finalmente, me parece que los podemos acompañar mejor”, opinó el especialista.
Gutiérrez Cedeño señaló que actualmente aquellos jóvenes que no logran obtener un lugar en las universidades pueden caer en la toma de una mala decisión; por ello, el experto señaló que el acompañamiento de la familia es importante.
“Es decir, no torturar a ningún alumno de si no entras a tal o cual universidad tu vida se acabó; me parece que hay alternativas y si eso es lo que les podría causar angustia, cuando el niño siente que no está cumpliendo las expectativas de un padre”, aclaró.
Algunos de los principales problemas que enfrentan los jóvenes rechazados es la crítica social a través de las redes sociales, mensajes que en su momento pueden llevar a conductas de autodestrucción, incluso al suicidio.
Para algunos alumnos de preparatoria la opción es dejar de estudiar y comenzar a trabajar en negocios familiares, si el resultado de ingreso a una universidad es negativo.
Actualmente, la cobertura del sistema de educación superior en México es solamente del 33 por ciento, de acuerdo con la Secretaría de Educación Pública, lo que dificulta aún más a los jóvenes obtener un espacio en una universidad pública.