Por: Antonio Huerta Gutiérrez

Como en todo proceso en el que está inmersa una decisión de tanta relevancia los rumores van y vienen, a veces sin mayor fundamento. Pero como en toda elección se supone que no hay nada definitivo, no son pocos a los que les encanta eso de convertirse en “futurólogos”. Sobre el proceso de selección del próximo titular de la Rectoría de la Universidad Autónoma del Estado de México se ha dicho mucho, quizá demasiado. En las últimas horas hay quienes insisten que vendrá algo “muy importante” que implicaría el retiro de la contienda de la candidata Yolanda Ballesteros Sentíes, para que Carlos Eduardo Barrera Díaz llegue solo al día en que el Consejo Universitario deba pronunciarse por cualquiera de los aspirantes. Alguien debe aclarar a quienes sueltan esos rumores que con eso en nada ayudan a cualquiera de los aspirantes a la Rectoría. De hecho, nada peor podría ocurrir en este momento si cualquiera abandonara el proceso. A la UAEM le hace mucho bien la democracia y la transparencia que se vive en este proceso, legitima su carácter plural y fortalece la decisión de la base universitaria, sea cual sea. La próxima Rectora o Rector de nuestra máxima casa de estudios será mucho mejor recibido o recibida en la medida en que la convocatoria respectiva se cumpla plenamente, y, sobre todo, proporcionalmente al respeto que se tenga a las decisiones de esa comunidad, educada, madura y libre.