El Tratado de Libre Comercio (TLC) fue uno de los temas claves en las elecciones presidenciales de este año y es que a diferencia de lo observado en contiendas anteriores, en esta ocasión tanto la demócrata Hillary Clinton como el republicano Donald Trump, le propusieron a los electores la revisión o renegociación del también llamado NAFTA.
Para dimensionar la importancia del acuerdo comercial para México, los niveles de intercambio comercial con EU representan casi el 45 por ciento de su PIB y muestra el alto nivel de apertura que se tiene con el vecino del norte.
De acuerdo con un estudio del banco suizo UBS, la relación comercial –solo entre EU y México—rebasa los 500 mil millones de dólares al año exclusivamente en bienes manufacturados, lo que significa que desde que comenzó formalmente el acuerdo en 1994, el intercambio comercial se ha multiplicado por cinco en términos de dólares.
Los niveles de interrelación comercial entre estos dos países son parte de una integrada cadena de producción en las manufacturas que comenzó años antes del TLC y que se consolido con la firma del acuerdo.
De acuerdo con INEGI, en el periodo de 1999 a 2015 la economía nacional recibió 25 mil 500 mil millones de dólares en inversión extranjera directa (IED), promedio anual, de los cuales 46.3 por ciento provinieron de empresas de Estados Unidos.
Uno de los beneficios que obtuvo México en el marco del TLC fue que aumentaron los flujos de inversión productiva, un tanto por los bajos costos de la mano de obra nacional y otro tanto por la cercanía a la mayor economía del mundo.